La fractura de costilla es una lesión frecuente que ocurre cuando uno de los huesos largos de la caja torácica se quiebra o se fisura. Suelen verse afectadas por accidentes automovilísticos, caídas o golpes/traumatismos deportivos (deportes de contacto, escalada…) o, de manera patológica, en enfermedades que cursan con una desmineralización de los huesos haciendo que éstos de vuelvan más débiles (osteoporosis, cáncer… o en ancianos) y puedan romperse en determinados esfuerzos o por ataques de tos o estornudos. Con mayor frecuencia se ven afectadas las costillas de la 5ª a la 9ª.
Puede haber varios tipos de afectación de las costillas, desde una simple contusión costal, pasando por una fisura hasta llegar a la propia fractura. En todos los casos son dolorosas, sin embargo, el mayor riesgo existe cuando hay pequeñas partes fracturadas porque sus bordes irregulares pueden dañar los vasos sanguíneos u órganos internos principales, como los pulmones. Así pues, tras un traumatismo que curse con dolor costal la primera visita con el médico es imprescindible para poder realizar una radiografía (u otra técnica de imagen) y valorar la extensión y la gravedad de la posible fractura.
¿Cuáles son los síntomas que nos harán sospechar de una lesión costal? Principalmente hay que valorar el dolor que se produce o empeora en estas circunstancias:
- Presionar sobre la zona afectada o sobre otra parte de la costilla afectada
- Respirar profundamente, toser o estornudar
- Inclinar o girar el cuerpo
- Levantarse desde tumbado o girar en la cama
De todos modos, hay que tener en cuenta que no siempre una fractura va acompañada de un dolor muy fuerte o incapacitante ya que dependerá de las costillas afectadas (por ejemplo, las costillas flotantes por lo general son menos sintomáticas), de la parte de la costilla en particular, del estado de la musculatura cercana (tanto intercostal como abdominal y dorsal), así como del umbral de dolor (el cual presenta diferencias significativas de un sujeto a otro y puede llevar a una mayor tolerancia al mismo o conducir a un falso negativo).
¿Y ahora qué? Una vez hecho el diagnóstico oportuno, viene la parte del pronóstico (previsión y evolución) y plan de tratamiento a seguir. Por lo general estas lesiones costales curan solas en unas 6 semanas, de modo que es cuestión de paciencia. Realmente no hay gran diferencia en cuanto al tratamiento trátese de una contusión, una fisura o una fractura, a pesar de todos los avances de la ciencia médica. No obstante, las indicaciones en cuanto a reposo y los plazos de recuperación sí varían notablemente y también existen diferencias en cuanto al tratamiento fisioterápico para poder ayudar y mejorar la calidad de vida de los pacientes que hayan sufrido un traumatismo costal.
Desde el punto de vista y actuación de la Fisioterapia podemos ofrecer conocimientos sobre ergonomía (movimientos a evitar, posturas a recomendar), medidas preventivas o paliativas del dolor, Fisioterapia respiratoria, prevención y corrección de posturas antiálgicas, rehabilitación… y todo ello redunda en acortar los plazos de recuperación de la vida activa y reducir/aliviar el dolor ocasionado.
Suele ser un proceso relativamente largo y tedioso dado que no es posible limitar al 100% su movilidad o implicación en los distintos movimientos de nuestro día a día (partiendo de la base de que intervienen en los movimientos respiratorios), así como suele ser difícil encontrar una postura que alivie o anule el dolor por completo. La buena noticia es que tenemos recursos para llevar mejor este proceso ya que en Fisioterapia contamos con distintas ayudas y técnicas para el manejo de una lesión costal;
- Para aliviar el dolor y mejorar el soporte de la zona se puede aplicar un vendaje elástico levemente compresivo o con kinesiotape. Tradicionalmente se ponía un vendaje circular alrededor de toda la parrila costal, pero entró en desuso porque limita la inspiración profunda y puede producir un colapso de algún lóbulo pulmonar, neumonía...
- Para mejorar la respiración y reducir el volumen residual de los pulmones (disminuyendo con ello la probabilidad de desarrollar infecciones) conviene hacer ejercicios de espiración forzada en las primeras etapas.
- Para reducir el movimiento de los bordes de la fractura nos ayuda el vendaje y hay que evitar inspiraciones profundas durante las primeras 2 semanas (al menos) para afectaciones costales menos graves o extensas.
- Asimismo, para favorecer la formación correcta del callo óseo (cicatrización del hueso) conviene dormir del lado afecto.
- Como ocurre en muchísimas lesiones/disfunciones del aparato locomotor y los fisioterapeutas recordamos y remarcamos frecuentemente, es importante moverse correctamente aún estando en reposo relativo. Y evitar el reposo total y absoluto. Esto es, moverse en amplitudes y direcciones de movimiento no dolorosas ya que así se acelera el proceso de recuperación, se facilita la generación de un colágeno resistente y de calidad, una buena disposición y orientación de las fibras de ese colágeno según el tejido afectado y la función que ésta deba cumplir.
En ese sentido también es importante la medicación analgésica prescrita por el médico porque así evitaremos posturas y movimientos antiálgicos que después costará mucho trabajo reeducar, eliminar y desensibilizar a los receptores implicados/alterados.
- Relajar y flexibilizar la zona afecta: descontracurando y estirando la musculatura respiratoria (diafragma, intercostales internos y externos), movilizando las articulaciones costovertebrales y e intervertebrales dorsales
- Para reeducar correctamente la respiración y la postura habrá que potenciar la musculatura respiratoria, abdominal, interescapular, paravertebral dorsal y lumbar por un lado y, por otro lado, estirar otra musculatura que se haya visto afectada por las posturas antiálgicas y la atrofia por desuso: pectorales, abdominales, psoas, otros flexores de cadera, isquiotibiales, glúteos, etc.
En Clínica Sampayo encontrarás asesoramiento en caso de haber sufrido una contusión costal para saber si puedes empezar la rehabilitación o si debes ser derivado a un médico en caso de que haya que confirmar el tipo de lesión o descartar otros posibles problemas asociados.
Comments